Se llama Misael, y según sus padres no puede dejar de comer, lo hace entre tres y seis veces más de lo habitual para un niño de su edad. Además tiene problemas de humor y para caminar, lo cual evidentemente va en consonancia con su peso. Aunque nació con un peso normal, 2 Kilos y 900 gramos, cuando su madre empezó a amamantarlo comenzó a engordar 300 gramos al día hasta alcanzar sus primeros niveles de obesidad. Actualmente engorda en torno a 1 kilo al mes. Sus padres están preocupados y afirman que "es un problema salir con él a la calle, todo el mundo quiere hacerse fotos y pregunta qué edad tiene" además de que "en la guardería el resto de niños de su edad le temen por su apariencia", algo que resulta comprensible. Según recoge el Daily Mail, lo médicos creen que Misael sufre el Síndrome de Prader Willi. Este síndrome es una enfermedad congénita, presente por tanto desde el nacimiento, que afecta a distintas partes del cuerpo. Las personas con esta afección son obesas, tienen disminución de su tono muscular y de la capacidad mental, al igual que sus glándulas sexuales producen pocas o ninguna hormona. Su origen es consecuencia de la carencia de un gen en parte del cromosoma 15. Curiosamente, al parecer cada padre/madre aportamos una parte a este cromosa, sin embargo, en los afectados por este síndrome, la casi totalidad de ellos carecen de la aportación genética al cromosoma por parte paterna y la tienen en su totalidad por parte materna. Otra característica es que normalmente nunca hay antecedentes familiares con esta afección, sino que aparece de forma más bien aleatoria. En el caso de los niños afectados, tienen una ansiedad intensa por la comida y harán cualquier cosa por conseguirla, lo que puede llevarles a un aumento de peso incontrolable y a una obesidad mórbida. El siguiente paso, consecuencia de esa obesidad, es que se presenten problemas de diabetes tipo2, hipertensión arterial o tensión alta, insuficiencia cardíaca (derecha) así como problemas pulmonares y en sus articulaciones.
¿Tiene tratamiento? y la respuesta es sí, el ejercicio sano para incrementar su masa corporal y una alimentación controlada que disminuya las calorias consumidas, pero va a requerir que se impliquen tanto padres, vecinos como autoridades escolares, ya que el niño va a tratar de conseguir la comida donde le sea posible. En USA se ha aprobado la utilización de la hormona de crecimiento por la Administración de Drogas y Alimentos para el tratamiento de este síndrome. Sirve como ayuda para:
-mejorar la fortaleza física y la agilidad.
-mejorar la estatura del niño.
-aumentar su masa muscular y disminuir los niveles de grasa corporal.
-disminuye su peso.
-incrementa su densidad mineral ósea.
En algunas ocasiones este tratamiento ha ocasionado apnea del sueño como efecto secundario, por lo que los especialistas suelen estar alertas a esta posible consecuencia. Ya para finalizar, los bajos niveles de hormonas sexuales que con anterioridad comentábamos que suelen producir estos niños, se suelen corregir en su pubertad con terapias a base de hormonas para suplir esas carencias. La parte negativa es que su familia no tiene medios para hacer frente al mismo y el sistema sanitario brasileño no aprueba los fondos necesarios para cubrir ese coste, por lo que la vida del pequeño corre serio peligro.
Existe una asociación de afectados por este síndrome con la que se puede contactar en www.pwsausa.org
En fin, como nos suele gustar en Sildanblog te ofrecemos la noticia que recogemos en la red e intentamos ir un poco más allá buscando un posible por qué o explicación. Esperamos que haya sido de tu interés.
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