viernes, 13 de marzo de 2015

¿Es posible morir 36 veces en un año?




Se llama Sarah Brautigam, tiene 21 años y vive en Doncaster (Inglaterra). Según informa el Daily Mail, fue diagnosticada hace cuatro años con el "Síndrome de taquicardia ortostática postural". Este extraño comportamiento de su corazón le produce palpitaciones rápidas que acaban provocando que deje de latir, su presión arterial baja y se produce lo que los médicos en una situación normal definen como muerte clínica. Durante el año 2012, Sarah llegó a la increíble cantidad de 36 muertes clínicas. Para reanimarla, los médicos han de golpear su cuerpo y hasta que su corazón no se recargue de sangre no pueden recurrir a la Reanimacón Cardiopulmonar. Según los expertos, algo que ya es conocido por estudios realizados en situaciones similares, el sentido del oído es el último que la joven deja de experimentar. A continuación puedes ver un vídeo de uno de sus episodios grabado, como no podía ser de otro modo, con el consentimiento de Sarah y al que puedes acceder en Youtube ;


El "síndrome de taquicardia ortostática postural" es una intolerancia ortostática, en la que con carácter general  un cambio rápido de una posición horizontal a una vertical provoca un anormal aumento de la frecuencia cardíaca conocido como taquicardia. A nivel médico fue identificado por primera vez en el año 1993 por Schondorf y Low aunque ha sido descrito en estudios médicos que se remontan incluso hasta el año 1940. No se le conocen una causas plenamente definidas si bien su casuística oscila principalmente:
-algunos pacientes lo desarrollan durante la adolescencia y experimentan mejoras entre 3-5 años después.
-otros lo sufren después de una infección viral o bacterial como la mononucleosis o la neumonía.
-algunos lo padecen tras sufrir un trauma, tipo accidente de automóvil o lesión parecida.
-algunas mujeres lo desarrollan durante o después del embarazo.

Existen diversos tratamientos médicos (antidepresivos, midodrina,beta-bloqueadores o la fludocortisona) , pero dada la complejidad de este síndrome, podemos resumir que también suelen ser muy beneficiosos cambios en la  dieta alimenticia, beber grandes cantidades de agua, aumentar la cantidad de sal en las comidas o evitar situaciones que empeoren los síntomas, como pueden ser estar de pie de forma prolongada o someterse a temperaturas altas. También resulta muy útil hacer ejercicio físico que permita mantener la fuerza muscular en piernas y abdomen y que ayuda a mejorar el bombeo sanguíneo, eso sí, empezando con una intensidad baja y  aumentando la misma gradualmente.

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