El valle de Hunza es un valle formado por el río del mismo nombre, cercano a Gigit y Nagar,situado en los Gigit-Baltistán de Pakistán. Se encuentra a unos 2.400 metros de altura y tiene una superficie aproximada de 7.900 kilómetros cuadrados. Su ciudad más importante y capital es Karimabad, conocida por el espectacular paisaje de montañas que incluye el Rakaposhi de 7.788 m, el Ultar Star de 7.388 m, el Bojahagur Duanasir de 7.329 m y el Spantik de 7.027 m. Su orografia, llena de desfiladeros, montañas nevadas en plena estación veraniega y glaciares constituyen el ámbito natural de un pueblo de unos treinta mil ciudadanos que durante casi 2000 años han estado aislados del mundo. Tienen la piel más clara que la de todos sus vecinos, lo que según algunos historiadores se debería a que los ejércitos de Alejandro el Grande, perdidos en la montaña, encontraron refugio en el valle de Hunza, se casaron con sus mujeres y dieron lugar al nacimiento de una nueva raza. El pueblo hunza tiene una alta tasa de alfabetización en relación a los que les rodean, se caracteriza por su gran cordialidad, tolerancia y cortesía, y las mujeres tienen un estatus y un grado de independencia importante ya que son las encargadas de almacenar y conservar los alimentos durante todo el año, tal es así que aunque practican la religión musulmana, no están "obligadas" a usar un velo que les cubra su rostro.
Cuando la India aún era colonia inglesa, el médico Sir Robert MacCarrison, exdirector del Consejo de Nutrición del país, fue el primero en hacer un estudio serio del pueblo hunza. Según concluyó en su análisis tras 10 años de convivencia, no encontró ni un solo caso de cáncer, de úlcera gástrica, apendicitis y otras enfermedades tipicas de la civilización occidental. Las enfermedades que afectaban a poblaciones limítrofes no afectaban a los hunza, pero aquellos que decidían irse y emigrar acababan después de un tiempo contrayendo las mismas enfermedades que la población occidental. Pero no sólo permanecen ajenos a gran cantidad de enfermedades, sino que tienen una extraordinaria vitalidad y alcanzan edades que llegan incluso a los 120-130 años. Factores tan poco frecuentes entre la población occidental como los que exponemos a continuación son habituales entre esta tribu:
-conservan una salud casi perfecta hasta más allá de los cien años.
-no es extraño que los varones engendren con edades próximas a los noventa años de edad.
-la apariencia de mujeres de 70 años es similar a la de mujeres europeas de 40 años.
-no existen obesos.
-hasta pocos días antes de morir las personas conservan todas sus facultades físicas y mentales.
-el promedio de vida es de 120 años.
-personas de 70 años de edad recorren distancias de cien kilómetros subiendo y bajando montañas con breves periodos de descanso sin luego mostrar síntomas importantes de agotamiento.
-no hay vehículos, la carga la hacen los propios habitantes en sus hombros.
-las mujeres hacen tanto ejercicio como los hombres.
¿Cuál es entonces el gran secreto de los hunza?. Pues bien, MacCarrison llegó a la conclusión de que el factor clave y fundamental es su alimentación. Está constituida por granos enteros, toda clase de verduras (especialmente lechuga), frutas secas molidas con trigo entero, leche de cabra y queso sin salar. La fruta más abundante es el albaricoque, al que deshidratan al sol para poderlo consumir durante todo el año, incluido por supuesto el invierno. También comen papas o patatas asadas con cáscara, pero nunca fritas, y no consumen azúcar, pan blanco, ni derivados de la harina refinada como pastelería o bollería, ni conservas envasadas. El agua que beben es la acumulada en las montañas, con toda la pureza y ligereza del agua de la lluvia, sin residuos de minerales inorgánicos que endurecen las arterias. Ocasionalmente beben vino de frutas, comen carne cuando cazan algo y se estima que sólo en torno a un 2% de la población fuma y lo hace en pipa.
Los niveles de ejercicio que han de realizar simplemente para atender sus siembras en pequeñas parcelas diseminadas en las montañas en que habitan sería considerado como una hazaña para la población occidental. También se considera peculiar su modo de cultivar la tierra, basado en abonos orgánicos compuestos en un 75% por hojas y tallos (vegetales) y un 25% en abonos de otra clase.
Esta alimentación sana empieza ya desde niños, puesto que las madres dan el pecho durante 3 años a los niños y 2 a las niñas. Existen estudios de diverso tipo que hablan muy favorablemente del efecto nutricional y psicológicos de estos largos periodos de amamantamiento, no sólo por el alimento o leche materna sino por el contacto, calor y abrazo materno que hacen que los niños desarrollen un carácter más estable.
Ya de regreso a Inglaterra, el doctor McCarrison hizo experimentos con ratas, unas fueron alimentadas con una dieta occidental y otras con la "dieta hunza" y los resultados puedes verlos en las fotos anexas
¿Adivinas cuál se corresponde con cada una de ellas?. Pues bien, esos mismos resultados se pueden trasladar al carácter de las unas y las otras, irritabilidad y ansiedad frente a paz y armonía en las otras.
Como principal opositor a estas teorías se encuentra el Dr. John Clark, que tras convivir 20 meses con ellos (contra los 10 años de McCarrison) afirma en su libro "Lost Kingdom of the Himalayas" que los hunza tienen las mismas enfermedades que otras poblaciones vecinas, así como que no tienen un calendario establecido y calculan la edad no por los años transcurridos desde el nacimiento sino como una estimación por su sabiduría o liderazgo dentro del grupo.
Te quedes con lo que te quedes, es innegable que este pueblo es uno de los más peculiares y a la vez menos conocidos del mundo actual.
Gracias de nuevo por un artículo de investigación tan intetesante y completo.
ResponderEliminarUn profesor de educación secundaria