Su traducción es "hacerse el fantasma", producto en parte de las nuevas tecnologías y seguramente alguien de tu entorno lo ha sufrido en sus carnes. Un día conocemos a una persona, nos intercambiamos los números de teléfono, tenemos algunas citas .....estamos iniciando una relación y cuando parece que todo va bien, de repente.....silencio total. La otra persona deja de atender nuestras llamadas, no contesta a nuestros mensajes, en una palabra, desaparece de nuestras vidas sin darnos ningún tipo de explicación.
Si bien no es algo nuevo, el terminar una relación cortando de repente cualquier tipo de comunicación con la otra parte, las nuevas tecnologías (internet, móviles, etc) han provocado que sea una práctica bastante más extendida. Para la persona que lo sufre las consecuencias son claras, minora su autoestima y tiene que hacer frente a una ruptura sin tener respuestas.....¿por qué?, ¿qué he hecho mal?, ¿acaso no merezco una explicación?, lo que por lo general hace más largo el periodo de aceptación. Según los expertos, lo que uno ha de hacer en estos casos es dejar ir al "fantasma" ya que ha dado buena muestra de cual es concepto o manejo de las relaciones personales. Incluso si no se ha producido un bloqueo total, no debemos cotillear sus perfiles en redes sociales ni interesarnos mínimamente, nuestra salud mental lo agradecerá. Pero quien lo pone en práctica tampoco sale indemne, puede experimentar remordimientos y sentimiento de culpa por haber actuado de este modo. Según los expertos, personas con miedo a los conflictos y que huyen de los enfrentamientos están de forma mayoritaria detrás de esta práctica, amparados por las nuevas tecnologías y un modo de comunicación más impersonal. Para nadie es agradable ver la reacción de tu pareja cuando la dejas, si te la puedes evitar, dejar de ver sus lágrimas o su enfado, o ambos, éste el método "adecuado". También personas egocéntricas que siempre anteponen su propio yo a los demás son proclives a practicar el ghosting, hacen lo sencillo para sí y no sufren las consecuencias que se originan al fantasmeado. Otro perfil de personas que pueden recurrir a él son las personas inseguras y que en muchas ocasiones lo practican de forma "preventiva". Cuando creen que la relación no va bien y su pareja les puede dejar, son ellos quienes desaparecen para ahorrarse el sufrimiento de ser dejados.
Si bien no es algo nuevo, el terminar una relación cortando de repente cualquier tipo de comunicación con la otra parte, las nuevas tecnologías (internet, móviles, etc) han provocado que sea una práctica bastante más extendida. Para la persona que lo sufre las consecuencias son claras, minora su autoestima y tiene que hacer frente a una ruptura sin tener respuestas.....¿por qué?, ¿qué he hecho mal?, ¿acaso no merezco una explicación?, lo que por lo general hace más largo el periodo de aceptación. Según los expertos, lo que uno ha de hacer en estos casos es dejar ir al "fantasma" ya que ha dado buena muestra de cual es concepto o manejo de las relaciones personales. Incluso si no se ha producido un bloqueo total, no debemos cotillear sus perfiles en redes sociales ni interesarnos mínimamente, nuestra salud mental lo agradecerá. Pero quien lo pone en práctica tampoco sale indemne, puede experimentar remordimientos y sentimiento de culpa por haber actuado de este modo. Según los expertos, personas con miedo a los conflictos y que huyen de los enfrentamientos están de forma mayoritaria detrás de esta práctica, amparados por las nuevas tecnologías y un modo de comunicación más impersonal. Para nadie es agradable ver la reacción de tu pareja cuando la dejas, si te la puedes evitar, dejar de ver sus lágrimas o su enfado, o ambos, éste el método "adecuado". También personas egocéntricas que siempre anteponen su propio yo a los demás son proclives a practicar el ghosting, hacen lo sencillo para sí y no sufren las consecuencias que se originan al fantasmeado. Otro perfil de personas que pueden recurrir a él son las personas inseguras y que en muchas ocasiones lo practican de forma "preventiva". Cuando creen que la relación no va bien y su pareja les puede dejar, son ellos quienes desaparecen para ahorrarse el sufrimiento de ser dejados.
Más recientemente se ha etiquetado el término "caspering" que es la versión amable del ghosting. La persona desaparece pero sí responde a nuestros contactos, por lo general tarde, con respuestas que no son las esperadas pero aunque vagas son amables. Es decir, está pero sin estar realmente, lo cuál puede incluso confundirnos más que el propio ghosting, será como Casper un fantasma amable y de ahí su nombre.
Si la "desaparición" dura unos días, un tiempo no excesivamente largo, estaríamos ante lo que se denomina "benching", que básicamente consiste en tener relaciones sin compromiso y sin ningún tipo de responsabilidad con una persona sin que ésta sea consciente de ello y aparecer y desaparecer de su vida de forma intermitente.
En el año 2018 se etiquetó un nuevo término, el "orbiting", basado principalmente en nuestras relaciones en Facebook, Twiter o Instragram. Consiste en que una persona con la que hemos llegado a tener un contacto personal desaparece igualmente de nuestras vidas pero sigue nuestras redes, retuitea nuestras publicaciones o agrega reacciones a nuestras publicaciones (un simple me gusta por ejemplo). Es un "sigo por aquí", orbitando a nuestro alrededor y que traslada un mensaje aún más confuso si cabe que el ghosting porque desaparece pero no del todo, eso sí, evita el contacto directo y personal. En ocasiones, aunque no es muy frecuente, aquella persona que nos ha hecho ghosting vuelve a aparecer en nuestras vidas pasado un tiempo, seguramente porque ha tenido fracasos amorosos o de pareja y cree que aún no es tarde para retomar la relación, esta aparición posterior ha sido acuñada con el término "zombieing". Otra modalidad a añadir se produce cuando conocemos a una persona por las redes, nos gusta, tenemos cosas en común, en ocasiones nos ilusiona tanto que pensamos que podría ser el amor de nuestras vidas, pero cuando intentamos conocerle en persona empieza a darnos largas hasta desaparecer. Nos damos cuenta de que era demasiado perfecto para ser real y llegamos a la conclusión de que era un perfil falso, en este caso hemos sido objeto de "catfishing".
Como puedes comprobar un repertorio bastante variado y completo de casuística y que, sin duda, irá aumentando y evolucionando en un futuro en el que las redes sociales irán aumentando su protagonismo.
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