miércoles, 26 de agosto de 2015

Atelofobia: ¿te da miedo no ser perfecto?



Atelofobia es el miedo que experimentan las personas a no ser perfectas o suficientemente capaces, el miedo que se deriva de  nuestras lógicas imperfecciones, tanto en nuestras acciones, ideas o creencias. Como la casi totalidad de las fobias, está catalogada como un trastorno de ansiedad, que lógicamente influye en nuestras relaciones personales y ésta en concreto  nos genera la sensación de que todo aquello que hacemos está mal. El miedo a la imperfección llega más allá de querer hacer las cosas de la mejor forma posible o competente, cuando la fobia se presenta  genera una verdadera obsesión que dificulta o imposibilita la adaptación social. Las personas con atelofobia suelen ser muy inteligentes, competentes y talentosas, pero aspiran a un estándar de perfección que es casi imposible de alcanzar. La consecuencia directa es que siempre intentarán mejorar, afinar o volver a hacer cosas o tareas que para aquellos que les rodean están muy bien valoradas . Por lo general se desarrolla en personas que han sufrido algún tipo de acontecimiento o experiencia traumática en sus vidas, principalmente durante la adolescencia, que les genera unos niveles importantes de inseguridad y les hace sentirse culpables de su fracaso.  No suelen tener mucho éxito en las relaciones de pareja ya que se centran más en corregir sus "imperfecciones" que en el cuidado de la propia relación en sí. Se manifiesta a través de una serie de síntomas, que se pueden resumir en 3 tipos:

a) emocionales:

-preocupación constante por las actividades que se van a desarrollar, de no ser capaz de hacerlas correctamente según su patrón estándar de exigencia.
-emociones negativas como la ira, la tristeza, el dolor o la culpa, principalmente un alto grado de irritabilidad hacia uno mismo que desemboca en una actitud severa o cortante con los demás.
-la necesidad repentina de dejar o abandonar la tarea o situación en la que estamos inmersos en un determinado momento.

b) mentales:

-dificultades para pensar por el miedo al fracaso.
-baja autoestima.
-decepción extrema si algo no sale bien.
-miedo a desmayarse.

c) físicos:

-ataques de pánico.
-mareos.
-náuseas.
-insomnio.
-sequedad de boca.
-entumecimiento u hormigueo muscular.
-dificultades respiratorias.



¿Tiene tratamiento la atelofobia?. Pues como todas las fobias, es necesaria la ayuda de un psicólogo profesional o terapeuta que ayude a identificarla de modo personalizado a cada individuo buscando las causas de su origen. La labor de este profesional consistirá fundamentalmente en ayudar al atelófobo a alcanzar un equilibrio entre sus ansias o estándares de perfección y su bienestar personal. Para paliar o reconducir los síntomas fisicos, normalmente se recurre a tratamiento con medicamentos para la ansiedad con el fin de  ayudar al paciente a relajarse en los momentos de mayor tensión interior. En cualquier caso la terapia continuada ayuda a restaurar ese equilibrio emocional de forma que no altere o mine sus niveles de creatividad o aumente su estrés. El objetivo claro es sustituir su sensación de no ser perfecto por la de la realización de un trabajo bien hecho, valorado no sólo por las personas de su entorno social y profesional, sino por el propio individuo.



martes, 18 de agosto de 2015

La tribu Huli Wigmen



Los Huli Wigmen, también conocidos como Haroli, viven en Papua Nueva Guinea, en concreto en los distritos de Tari, Koroba, Margaraima y Komo, situados en las llamadas Tierras Altas del Sur.  Las últimas estimaciones los cifraban en torno a unos 90.000 miembros y llevan viviendo en esas tierras ni más ni menos que un milenio. Su lenguas principales son el huli y el tok pisin, muchos de ellos hablan alguna de las lenguas utilizadas en su entorno cercano y una minoría incluso inglés. El primer contacto directo con el mundo occidental fue en el año 1935 cuando Jack Gordon Pieles y su  segundo  James O´Malley llegaron a esas tierras con la llamada patrulla Strickland-Purari tras ser contratados por el entonces teniente-gobernador Hubert Murray para dirigir una expedición a las por entonces tierras inexploradas de la meseta.
A nivel social se agrupan en clanes (hamigini) y subclanes (emene hamigini) que tienen derechos de residencia sobre unos territorios determinados. Los subclanes son grupos pequeños dentro del clan más grande y son las base de la sociedad huli. Se organizan y funcionan de manera autónoma, pueden declarar la guerra o la paz sin consultar con el clan superior. Un hulli puede pertenecer a más de un subclan a la vez dependiendo de su parentesco y ascendencia. Su sistema de parentesco es bastante peculiar, lo que para nosotros son tíos y tías para ellos son considerados también como padres o madres, y del mismo modo los primos/as son considerados como hermanos.


 Los hombres y mujeres hulli viven tradicionalmente en viviendas separadas y los niños pasan  a vivir con su padre cuando llegan a la pubertad que para ellos está en torno a los 10 años.  Curiosamente, los hombres solteros de la tribu viven todos juntos. Las chozas de los hombres se situan en el centro del pueblo,  en ellas se realizan reuniones sociales, y por supuesto se utilizan para dormir. El contacto entre los hombres y mujeres de la misma familia se restringe al máximo, ya que los primeros  "temen" la menstruación de la mujer, que según ellos, es responsable de debilitar su piel, reducir su crecimiento y acelerar su envejecimiento. Comen juntos sólo en rituales muy especiales y los hulli más tradicionalistas nunca comen una comida preparada por una mujer.
Su organización social está basada en la poligamia, un hombre puede tener varias esposas, si bien el matrimonio entre parientes cercanos está prohibido (exogamia). Los matrimonios pueden ser "convenidos" pero también establecidos de forma libre. La familia del varón entrega una dote a la de la novia, por lo general cerdos u otros animales de su granja. Del mismo modo, el hombre es el encargado de construir la cabaña para su futura esposa, y después del matrimonio ésta se encarga del cuidado de los hijos, la confección de la ropa, la siembra y recolección de los cultivos y la crianza de los cerdos. Como comentábamos con anterioridad, los niños van a vivir con sus padres al alcanzar los 10 años, y sus ritos de paso incluyen la caza y el tiempo que permanecen en las Tierras Altas. Curiosamente tienen un sistema de divorcio, basado principalmente en la incapacidad de la mujer para tener hijos. Si llega a producirse, el marido intenta recuperar de la familia de su exesposa la dote entregada.
Viven de la caza, practicada por los hombres, y de la recolección de cultivos y plantas silvestres que realiza la mujer. Practican la agricultura cíclica, es decir, cuando consideran agotada la capacidad productiva del suelo explotado se mudan a otro para permitir la reforestación  y recuperación del suelo cultivado. Principalmente cultivan batata, maíz y de forma más reciente papas, repollo, etc. Sus relaciones comerciales con el paso de los años se han establecido a lo largo de toda Papua Nueva Guinea y lógicamente se basa en el intercambio de los productos antes citados.



En la  vestimenta tradicional hulli los hombres decoran sus cuerpos con arcillas de color y llevan tocados para las ceremonias, y para ello aprenden a añadir  cabello usando pigmentos, plumas de aves y flores como elementos ornamentales. Es precisamente a partir de la pubertad (10 años) cuando los varones dejan crecer su pelo para facilitar el posterior uso de los tocados, que inicialmente se preparaban cuando iniciaban alguna guerra, en busca principalmente de nuevas tierras, cerdos o incluso mujeres, por este orden. Consideran que para ser "importante" un clan ha de tener mucha tierra para cultivar, cerdos como medida de riqueza y mujeres que puedan cultivarla, por ello incluso en nuestros días los enfrentamientos entre entre subclanes o con otras tribus siguen siendo frecuentes.
Os dejamos un breve vídeo sobre esta curiosa tribu




martes, 11 de agosto de 2015

Filofobia: miedo al amor o a enamorarse



Cuando una mujer u hombre llevan mucho tiempo "solteros" o si han tenido experiencias negativas más o menos recientes es habitual que tengan cierto temor a enamorarse, optando durante un tiempo por la idea de "mejor no amar para no sufrir" como mecanismo de defensa. En otras ocasiones se han sufrido carencias afectivas durante la niñez al no ser "recompensado" su cariño lo que acaba generándonos un miedo a amar o a entregarse a otra persona. Cuando este miedo alcanza dimensiones desproporcionadas, que en los casos extremos se manifiesta en síntomas tales como disnea (dificultades respiratorias),sudoración, náuseas, taquicardia y otros síntomas típicos de ataques de pánico estamos hablando de una fobia, en este caso concreto de la filofobia.  Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo al amor, a enamorarse o a estar enamorado. En casos más extremos puede llegar a generar un sentimiento de miedo al amor de familiares y amigos. No debemos confundir esta fobia con el nerviosismo que experimentamos habitualmente cuando estamos empezando a conocer a una persona que nos gusta, una persona con filofobía pone en marcha unos "mecanismos de defensa" cuando siente que va a enamorarse que enlazan directamente con unos determinados patrones de conducta:

-buscar defectos en su pareja y utilizar los mismos para no profundizar en la relación.
-intentar relaciones inalcanzables, de este modo se autoconvencen de que sí pueden amar pero que su amor es imposible.
-provocar disputas para que sea la otra persona la que termine la relación.
-sentimientos de celos, de modo que la idea de que su pareja le acabará dejando por otra persona supone una buena excusa para no comprometerse.
-aislarse o retraerse, o lo que es lo mismo, cuando entienden que la relación puede pasar a un estado más avanzado esquivan a su pareja, no atienden sus llamadas telefónicas, buscan excusas para no verse, etc.
-mantener relaciones con personas de las que no están enamoradas o saben que no se enamorarán  por no tener grandes cosas en común.
-tener relaciones simultáneas ya que de este modo evitan el sentimiento de abandono




La consecuencia directa e inmediata de esta patología es la sensación de soledad y la depresión por lo que una vez identificada la fobia la persona afectada ha de ponerse en manos de un  profesional de la salud mental porque según los expertos sí tiene cura. Existen diferentes terapias :

-la llamada terapia cognitiva, mediante la cual un terapeuta nos ayuda a identificar y conocer el proceso mental que nos produce ese temor. Una vez dado este paso, nos ayudará a implementar técnicas para sustituir el proceso mental destructivo por uno constructivo.
-terapia de desensibilización afectiva utilizada para todo tipo de fobias, que consiste en enfrentar al paciente con la situación que le causa miedo hasta que se desensibiliza.
-Programación Neurolingüistica (PNL); según sus creadores Bandler y Grinder (años 70) existe una relación entre los procesos neurológicos, el lenguaje y los patrones de comportamiento aprendidos que hacen propicio que cambiando estos últimos podamos obtener determinados objetivos específicos en nuestra vida.
-la hipnoterapia o terapia mediante la hipnosis.

En ocasiones los filofóbicos terminan por percatarse de que tienen un problema cuando toman consciencia de que las personas de su entorno tienden a establecer relaciones estables mientras ellos se ven envueltos en una dinámica de relaciones conflictivas. En cualquier caso, una vez se toma consciencia, lo importante es saber que como comentábamos con anterioridad esta fobia tiene cura y que una vez superada la persona que la experimenta puede volver a tener relaciones amorosas con total y absoluta normalidad. Es más, si estás iniciando una relación con alguna persona que presente algunas de estas conductas, has de saber que si es un caso leve, simplemente con paciencia, apoyo  y escuchando sus miedos puede superar la misma y alcanzar unos niveles de implicación a nivel de pareja total y absolutamente normales.



viernes, 7 de agosto de 2015

La tribu sudanesa Dinka





Los dinka son una tribu que vive en Sudán del Sur, en concreto se les data desde el siglo X residiendo a ambos costados del río Nilo y hablan una lengua perteneciente al grupo nilo-sahariano. Son aproximadamente algo más de un  millón y están divididos en unos 21 grupos, cada uno de ellos con su propio líder legítimo. Su principal recurso económico siempre ha sido la ganadería, no exenta sin embargo de una importante actividad agrícola y pesquera que les ha permitido ser autosuficientes a nivel alimenticio. Los hombres se ocupan principalmente del ganado y las mujeres de la actividad agrícola, cultivando mijo, sordo y maíz en pequeños huertos. Su relación con el ganado es muy peculiar, ya que lo crían pero por lo general no para luego sacrificarlo y utilizarlo como fuente de alimentación, algo a lo que sólo recurren en señal de duelo cuando fallece un miembro de la comunidad. Lo aprovechan prácticamente todo, pero lo  que más utilizan es la mantequilla y la leche y ocasionalmente beben sangre de alguna de sus reses. Cuando un varón dinka llega a la madurez se le asocia de por vida una cabeza de ganado.




  En los últimos años cada vez  va adquiriendo más importancia  el comercio. Hasta la invasión del país por los británicos eran básicamente trashumantes pero la administración británica favoreció la creación de aldeas estables que se fueron extendiendo rápidamente hasta volverse sedentarios. Son considerados, junto con los masai,  una de las tribus con mayor estatura de Africa, y a esta etnia pertenecía el exjugador de baloncesto, ya fallecido, Manute Bol, que alcanzó los 2,32 metros y llegó a jugar en la NBA.


Su sociedad es muy igualitaria, carecen de un sistema de clases sociales. Si bien hay aún bastantes  hombres que sólo tienen una esposa, la poligamia es habitual entre ellos. Mantienen la tradicional dote que la familia del novio ha de entregar a la de la novia, y por lo general se casan miembros de los diferentes clanes existentes, lo que refuerza su cohesión social. Del mismo modo, la figura del "levirato" tiene también relevancia en su organización social. Consiste en que cuando una mujer se queda viuda, se vuelve a casar con un hermano de su esposo fallecido, lo que para ellos da seguridad a la viuda y a sus hijos. En el caso de poligamia, cada co-esposa es responsable de sus propios hijos, pero  esto no impide que todos los hermanos de distintas madres se alimenten, críen y crezcan juntos.


Normalmente los dinkas llevan poca ropa, y en el caso de los hombres suele ser habitual que vayan desnudos sólo con sus clásicos collares alrededor del cuello. Las mujeres por su parte suelen llevar una piel de cabra desde la cintura. Es bastante habitual ver a los hombres con el pelo teñido de rojo, para lo cual usan orines  de vaca, y las mujeres se afeitan la cabeza y las cejas, dejando sólo un ligera capa de pelo. Precisamente su estatus social viene determinado por esos corpiños que podemos ver en la mujer dinka de la fotografía.
A nivel religioso, un 94% mantienen su religión tradicional, un 5% se han convertido al cristianismo y un 1% al islam.  Los dinka creen en un sólo Dios, llamado Nyalitch, creador y fuente de la vida, sin embargo se mantiene alejado de los problemas humanos y por ello tiene dos intermediarios, conocidos como Jak y Yath. Los antepasados, en función de la vida que llevaron, siguen "conviviendo" con la familia y los sacerdotes son los encargados de hacer sacrificios (generalmente una vaca o en menor medida una oveja) para mantener contentos a los intermediarios de modo que propicien que las cosas vayan bien para la comunidad.
Según su mitología, al principio Nyalitch vivió junto con los hombres en la tierra y estos eran también inmortales, no sufriendo por tanto enfermedad alguna y alimentándose del mijo (cereal) que el Dios les suministraba cada día. Sin embargo un día Abuk, la primera mujer creada por Nyalitch, en su ansia de moler más rápido el mijo utilizó un palo de tamaño tan grande que el mortero golpeó el cielo. A partir de ese momento, y siempre según sus creencias, su Dios abandonó la tierra, dejó solos a los humanos, y éstos volvieron a ser mortales y a estar sujetos al hambre y la enfermedad.
Añadir finalmente que los dinka junto con los nuer, son los etnias mayoritarias en Sudán y han propiciado y siguien haciéndolo importantes genocidios entre la tribu rival, hasta tal punto que tal y como declaró en 2014 el nuer Yoal Gatluak recluido en el campo de Tomping "somos enemigos históricos, irreconciliables. Luchamos unidos durante cierto tiempo para conseguir la independencia de Jartum (Sudán del Norte), pero una vez conseguida luchamos entre nosotros por el poder.....como ha sucedido sido siempre".