Esta curiosa tribu, también conocida como los kolufo, era totalmente desconocida hasta una época muy reciente, en concreto fueron "descubiertos" en el año 1974 cuando un 17 de marzo tuvieron su primer contacto con antropólogos, momento hasta el que no se había tenido noticia alguna de su existencia. Hasta entonces consideraban a los escasísimos extranjeros que veían como "laleo" que en su terminología significa "demonio fantasma". Su hábitat natural se encuentra en una selva casi inaccesible de la provincia de Papúa Nueva Guinea, al sureste de Nueva Indonesia, y a unos 150 km tierra adentro desde el mar de Arafura. Se calcula que en total son un total de 3.000 miembros los que a día de hoy forman parte de la misma.
Uno de sus aspectos más diferenciales, por no decir el que más, es que viven en casas construídas sobre los árboles, por lo general a una altura que oscila entre los 6 y 12 metros sobre el suelo, aunque algunas de ellas han llegado a contruirse a una altura que ronda los 35 metros. Si bien suelen estar sobre un sólo árbol, por lo general un robusto árbol de Banyan, su base está sobre varios vivos, y cuentan como apoyo adicional con varios postes de madera.¿Por qué en altura y no a ras de suelo?, pues la explicación según los nativos es muy sencilla, ya que les protegen de los enjambres de mosquitos situados por debajo del nivel de las mismas, les aislan de vecinos "molestos" y como no, les protegen de los malos espíritus algo que su cultura tiene una gran importancia.
Son excelentes cazadores-recolectores y también horticultores que practican la agricultura migratoria. Tienen grandes habilidades tanto para la caza como para la pesca y se alimentan principalmente de cerdos salvajes,ciervos, plátanos y harina de la palma de sagú. Sin embargo, algunos de ellos empezaron a principios de la década de los 90 a colaborar con compañías de turismo que comercializan viajes a la región Korowai, algo que en su momento no dejó de resultar sorprendente dado que hasta muy pocos años antes, apenas escasas dos décadas, para ellos era totalmente desconocida la existencia de un mundo exterior a su propia selva.
Se organizan en clanes patrilineales como base fundamental de su organización social, política y económica. Su sociedad tiene formas de levirato institucionalizas, o lo que es lo mismo, si una mujer se queda viuda y no ha tenido descendencia, ha de casarse obligatoriamente con un hermano del difunto para mantener la línea familiar. Cuando llega el primer hijo, su nombre ha de ser el fallecido y hereda todos sus bienes. Del mismo modo, hay un predominio de relaciones avunculares, o dicho de otro modo, un hermano de la madre tiene un lugar de privilegio en el sistema de parentesco o en la crianza de los hijos. Los hombres han de pagar una dote para casarse, motivo por el cual suelen casarse después de los 20 años, mientras que las mujeres suelen hacerlo una vez han tenido la primera menstruación. El matrimonio es exogámico (prohibido entre miembros de un mismo grupo) y poligámico. El hogar korowai se compone de un hombre, una o varias esposas, y los hijos no casados, y suele estar formado por lo general por unas 15 personas. A su vez una comunidad korowai está formada por no más de 5 hogares y sus respectivas casas.
A nivel religioso o mitológico creen en un espíritu creador pero que no tiene gran influencia en lo que es su vida cotidiana y reverencian los espíritus de los antepasados. Al menos una vez en su vida el hombre korowai ha de organizar una fiesta de sagú de su clan, en la que se consumen las larvas de la palma de sagú y se intercambian regalos. ¿El motivo?, pues ni más ni menos que propiciar la fertilidad y la prosperidad a modo de ritual.
Creen que al morir sus espíritus viajan al mundo de abajo a través de la llamada Calzada Major y allí son recibidos por sus antepasados. Igualmente también creen en una reencarnación basada en la reciprocidad, ya que los ya fallecidos pueden ser enviados en cualquier momento a la tierra de los vivos por sus parientes residentes en la tierra de los muertos para reencarnarse en un bebé recién nacido pero de su propio clan.
Como habrás visto, son muchas y variadas las peculiaridades en una tribu con una población tan poco numerosa, lo que les ha llevado a ganarse un lugar privilegiado entre las tribus "perdidas" de nuestro planeta.