De por qué el día 21 no se acaba el mundo

Esa es la profecía o  previsión que hicieron allá por el año 3100 aC los mayas. Con un cálculo sumamente preciso respecto a la fecha, sobre todo por la lejanía en el tiempo con  que fue calculada, y a su vez con una pequeña variación para algunos de los estudiosos de esta civilización, que estiman que no sería el 21 sino el 23 de diciembre de 2012. En realidad, a medida que nos hemos ido aproximando a la fecha, cada vez han ido aumentando las teorías de que en realidad no se refieren a un fin del mundo en el estricto sentido de la palabra, sino más bien al nacimiento de una nueva era, en la que se producirán cambios importantes en la concepción del ser humano sobre su filosofía de vida, el  enfoque de sus prioridades y su "modus vivendi" en general. Realmente si nos fijamos en la situación concreta de España, la grave crisis económica y financiera que sufrimos, podríamos decir que está empezando a modificar algunas escalas de valores, y nos estamos empezando a dar cuenta de lo improcedente de ese afán desmedido de acumulación de riqueza y bienes materiales que nos han caracterizado, sobre todo, en las últimas 2 décadas. Podríamos decir que hay muchos y variados motivos para que el mundo no se acabe este próximo sábado, yo me he atrevido a recopilar y a enunciar unos cuantos, a saber:

-sería injusto que con lo que nos hemos gastado en lotería, con la esperanza de solucionar algunos de nuestros problemas o tapar algunos agujeros, ni tan siquiera pudiéramos ver el sorteo y saber si nos ha tocado.

-si según los menos la fecha correcta es el día 23, no sería justo si nos toca la lotería no tener casi tiempo para celebrarlo.

-sería triste quedarnos sin la cena de Navidad de la empresa y no poder tirarle los tejos a esa compañera o compañero con el que tonteas durante el año, eso si no haces algo más que tontear...

-porque con lo que se lo ha currado Paquirrín se le fastidiaría la exclusiva en Hola.

-porque todos los acusados en la operación Malaya se quedarían sin condena...

-que tristeza  no poder celebrar las Navidades en familia, además de un verdadero desperdicio que no sirviese de nada todo lo gastado en regalos para los días 24  y Reyes, y por supuesto el no poder engordar ese par de kilillos que terminan cayendo todos los años.

-sería hacerle un feo una Papá Noel que ya viene de camino en su trineo,o a los propios Reyes Magos, que vengan de oriente o de Sevilla ya se están acercando poco a poco.

-sería desagradable hacer el viaje con Rajoy o la Merkel, y más aún que en su afán de recortar por todos lados tuviéramos que seguir sufriéndolos quién sabe en qué lugar... si al menos ellos se fueran a los infiernos nos dejarían tranquilos y hasta es posible que si recortan el tamaño y la intensidad de las llamas le acabasen haciendo algún favor a alguien...

-porque sería mala pata no poder seguir viendo jugar a Messi, saber si el Sporting vuelve pronto a primera o si Mouriño y CR7 siguen en el Madrid o se marchan al calor del buen dinero de algún jeque árabe al frente de un club inglés o francés.

-porque todos tenemos algún familiar que está fuera, por trabajo o estudios, y viene de camino para Nochebuena, y estas cosas si se pasan, se pasan todos juntos y unidos.

-porque los pequeños de la casa, esos a quienes adoramos y protegemos, son demasiado pequeños y tienen derecho a hacerse grandes.

-porque los más veteranos tienen derecho a ver crecer a esos peques y disfrutar de ellos como seguramente no hicieron con sus hijos.

-porque nosotros debemos disfrutar de los unos y de los otros, incluso de nosotros mismos...

-porque tenemos la necesidad y la obligación de hacer de este mundo un espacio menos material, más humano y cambiar para bien la herencia que parece vamos a dejarle a nuestros hijos...

Por todos estos motivos y otros más que a buen seguro se quedan ahora mismo en el tintero, el día 21 si se acaba el mundo, que sea este mundo materialista en exceso, de un liberalismo económico galopante y que nazca un nuevo mundo, al más puro estilo de aquel 12 de octubre de 1492, que poco a poco vaya poniendo patas arriba unos pilares sociales que no son tales, y que nos vayamos "colonizando" unos a otros en unos valores más auténticos y verdaderos.

Si pasabas por aquí y te has detenido un par de minutos a leer estas líneas, te animo a que  escribas tus por qués y así dentro de un tiempo poder comprobar que ha sido de lo que tal día como hoy escribimos en aquel blog.

¡Feliz Navidad incluso para aquellos para quienes ahora mismo ya sabemos que no lo será!