jueves, 1 de septiembre de 2016

Los trobiandeses: la tribu que practica una sexualidad igualitaria.




Reciben este nombre por habitar en las islas Trobiand, aunque  su nombre oficial es el de islas Kiriwina.  Es un archipiélago de atolones de coral localizado al oriente de la costa de Papúa Nueva Guinea y pertenecientes a la provincia de Milne Bay. Su principal y único medio de subsistencia es la agricultura y se organizan en poblados tradicionales donde se estructuran en base a grupos de parentesco o clanes matrilineales , es decir, su sistema de descendencia se define por línea materna y los hijos de los varones quedan adscritos a la familia de la madre, en concreto al hermano de la misma.



Mujer trobiandesa


Los dos aspectos que definen esta etnia son su actitud tolerante hacia el sexo y los amantes así como la solución de conflictos y el desfogue a través del cricket. Aún en pleno siglo XXI los trobiandeses no creen en la relación entre sexualidad y embarazo, tal es así que según su firme creencia  la mujer es fecundada por los espíritus de la vecina isla de Tuma, habitada por los espectros de personas ya fallecidas. Las jóvenes se inician en la anticoncepción a edades muy tempranas y la virginidad no tiene ningún valor.  Las niñas se inician sexualmente en torno a los 6/8 años y los niños un poco más tarde, entre los 12/14 años y lo hacen con total normalidad, algo que en nuestra sociedad occidental sería considerado como pedofilia. Los matrimonios van precedidos por un periodo más o menos largo de vida sexual en común sin que durante el mismo ninguna obligación de tipo legal les "ate", es como una especie de periodo de prueba durante el cual pueden unirse y separarse sin mayor problema.  



Trobiandeses jugando al cricket


Si la experiencia es positiva y son sexualmente compatibles, el siguiente paso es el matrimonio, pero con una especial peculiaridad, hasta el momento del casamiento no deben comer juntos. Si una chica se queda embarazada es su familia quien mantiene al bebé, cuyo padre es un Baloma o espíritu, y los hombres sólo ayudan a abrirse a la mujer para el embarazo. El marido comparte con la mujer el cuidado de los niños, los asea, los alimenta y los pasea con un rol casi maternal. Llevarlos en brazos o tenerlos sobre las rodillas es un papel atribuido de forma muy especial al padre. Los niños disfrutan de una gran libertad e independencia, que se hace extensiva al ámbito sexual, emancipándose muy pronto de sus padres. Cuando éstos tienen relaciones, no hay reparos en que sea incluso en presencia de los pequeños. Cuando cumplen los  12-14 años, abandonan la casa de sus padres para no "obstruir" su vida sexual y se van a vivir a una casa de solteros o viudos en el caso de los chicos y en el de las chicas a una casa habitada por una persona viuda.
En cuanto al acto sexual, tienden a utilizar posturas que faciliten a los cónyuges una gran libertad de movimientos , participando activamente y por igual durante el desarrollo del mismo. Los trobiandeses se "horrorizan"  al ver cómo los hombres blancos se revuelcan sobre el cuerpo de sus mujeres y las "aplastan". El varón sólo eyacula una vez la mujer tiene su primer orgasmo y al acto sexual continua hasta que ambos se consideran "saciados". La cortedad en la duración del acto sexual del hombre blanco es considerado por ellos como propio de idiotas y de personas sin educación, y se compadecen de la mujer por no poder experimentar los placeres que sí conocen las mujeres de su etnia.
La mayoría de las aldeas tienen una choza utilizada para relaciones extramaritales que recibe el nombre de "bukimatula". Curiosamente, consideran la piel blanca y el pelo rubio como "feos". 



Regalo típico del Kula


Los varones participan en un circuito de intercambio conocido como "Kula"  que fue documentado por primera vez por Borislaw Malinowski a principios del siglo XX. Como consecuencia de ello, embarcan con frecuencia para visitar a sus compañeros de otras islas, portando regalos que no suelen tener un gran valor pero que "engrandecen" a quien los hace y son utilizados en ocasiones en rituales religiosos. Estos regalos no suelen permanecer mucho tiempo en poder del receptor, y lo habitual es que éste los ofrezca a terceros dentro de su propio ceremonial de intercambio.
Una vez las autoridades coloniales prohibieron las guerras internas, el cricket pasó a ser un mecanismo de reconciliación y desfogue, lo practican con unos atuendos muy particulares (las mujeres participan con sus bailes) y en ocasiones con elevada agresividad.



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