El 8 de marzo de 1.857 las mujeres que trabajaban en una fábrica textil de Nueva York salieron a la calle a protestar por sus precarias condiciones laborales y por sus salarios (menos de la mitad de los de los hombres). Conocidas como las "garment workers", su manifestación fue reprimida por la policía siendo detenidas un buen número de ellas. Sin embargo, lejos de amilanarse, tan sólo dos años más tarde crearon su primer sindicato con la finalidad de protegerse y luchar por los derechos laborales más elementales.