jueves, 22 de noviembre de 2018

Rosa y azul: cuando la relación color-sexo era la inversa.



Podría parecernos que el asociar el color rosa a la moda infantil femenina y el azul a la masculina es algo de toda la vida, un estereotipo con el que hemos nacido y crecido. Sin embargo no siempre fue así, más bien al contrario, en los inicios la asociación de ambos colores con el sexo del niño/a era justo el contrario.
En la Edad Media el color blanco, símbolo de pureza, era utilizado para ambos sexos, pero tiempo después el color azul irrumpió de la mano del culto mariano, o lo que es lo mismo, del culto a la Virgen. Este color, que durante mucho tiempo había sido considerado como bárbaro, se convierte en divino, evocando calma, paz y serenidad. Los teólogos llegan incluso a establecer diferencias entre la luz divina y la terrenal, la primera sería azul, el color que representa la pureza y la segunda sería blanca.


Luis X de Francia


El rey de Francia, Luis X, también conocido como San Luis ( reinado de 1226-1270), buscando  ponerse bajo la protección de la Virgen María, elige como colores reales las flores de lis sobre un fondo azul, llegando de este modo el color a la "política".  Del rey pasó a los aristócratas y más adelante a la burguesía, con lo que el azul "divino" dejó poco a poco de serlo para convertirse en un símbolo de poder político y militar, propio por aquel entonces del sexo masculino.

Madame Pompadour

En cuanto al color rosa, ya los antiguos griegos, que consideraban más productivos a los varones, atribuían este color al sexo masculino. Esta asociación continuó hasta aproximadamente el siglo XVIII, aunque más que un rosa típico era un rojo "pálido".  Hasta que de pronto aparece en escena la Marquesa de Pompadour (1721-1764) que considera este color de una "gran finura, casi exquisita" y lo introdujo en Versalles, Como ocurriera anteriormente con Luis X marcó tendencia y las cortesanas comenzaron a imitarla vistiendo de este color a sus niñas. Con la llegada del Romanticismo en el siglo XIX, el color fue definitivamente considerado como el verdadero representante de sentimientos como la ternura o la suavidad, pasando de forma definitiva a ser el representante de la femenidad hasta el día de hoy.
Una vez finalizada la II Guerra Mundial, en concreto allá por  el año 1940,  los retailers (minoristas) deciden efectuar un cambio en la tendencia por un tema simplemente de moda, y poco a poco se fue aceptando con carácter general. En los años 60 el movimiento feminista decidió vestir igual a niños y niñas, como símbolo de la igualdad de género, provocando incluso que los grandes almacenes estadounidenses Sears no fabricaran ropa de bebé rosa.

Movimientos feministas años 60

Las prendas sin género tuvieron su periodo de esplendor hasta llegados los años 80 en que se asienta definitivamente la idea de azul para los niños y rosa para las niñas. Sin embargo, esto no sucede por casualidad, es en esa época cuando los niños nacidos en el babyboom tras la II Guerra Mundial (1940) alcanzan la madurez,  y se impone definitivamente la tendencia que los retailers habían marcado durante su niñez.



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