domingo, 3 de noviembre de 2019

Síndrome de Cotard: cómo se vive cuando crees estar muerto.



La primera vez que se hace mención a este peculiar síndrome fue en el año 1880 cuando el neurólogo Jules Cotard, a quien evidentemente debe su nombre, trató a una mujer que negaba la existencia de Dios, del diablo y la suya propia, a quien bautizó como "mademoiselle X". Es uno de los trastornos mentales más desconocido y aquellos que lo sufren piensan que están muertos o dejan de sentir partes de su cuerpo.
En España hay contados casos, al igual que en el resto del mundo, de ahí que la literatura científica y los estudios sobre el mismo sean escasos e incluso de índole muy general. Sus síntomas sí están más o menos definidos, estaríamos hablando de un paciente generalmente anciano, que afirma tener algunos de sus órganos paralizados, muertos, desaparecidos o incluso en descomposición. El principio de negación asociado al mismo hace que también sea conocido como "síndrome delirante nihilista".
En España el pionero en su estudio es Manuel Sánchez Pérez, coordinador de la Unidad de Psiquiatría Geriátrica del Hospital Sagrado Corazón de Martorell (Barcelona), que ha tratado del orden de una docena de casos. En 1995 el doctor Germán E. Berrios, psiquiatra peruano afincado en Cambridge, publicó sus estudios sobre 100 enfermos, los más numerosos y documentados hasta la fecha. En  ellos  se pueden leer afirmaciones tales como "mi corazón dejó de funcionar, mi hígado y mi estómago están enfermando, dejaron de funcionar. No siento mi cuerpo, no tengo corazón" o la de un hombre que se negaba a ser hospitalizado porque "ya estaba muerto, no tiene sentido que me traten porque ya estoy acabado". 


Si bien la pérdida de funcionamiento de órganos corporales está siempre presente, hay algunos casos en que el enfermo puede llegar a creerse inmortal, o incluso coexistir los dos delirios, mortalidad e inmortalidad a la vez. Esta coexistencia hace que algunos pacientes acaben suicidándose, la negación de la existencia o del funcionamientos de sus órganos corporales ha provocado incluso que algunos enfermos hayan llegado a producirse daños en su propio cuerpo e incluso a  mutilarse. Aquellos que se creen muertos no se alimentan o lo hacen de forma inadecuada, para qué hacerlo si la "ausencia de vida" lo hace innecesario, lo que por supuesto les provoca una pérdida importante de peso.  Son pacientes de un alto nivel de sufrimiento que han perdido el criterio lógico y racional que toda persona tiene, y que con frecuencia experimentan un estado grave de aislamiento que les desvincula de una relación humana mínimamente normal.




Por lo general suele desarrollarse en pacientes con esquizofrenia, párkinson, enfermedades cerebrovasculares o infecciones cerebrales, que pueden actuar como desencadenantes, pero sólo en una mínima y reducida proporción de los mismos. La mayoría de los enfermos han experimentado previamente alguna de estas patologías pero no se sabe qué es lo que lo produce, qué actúa como causa final. Las terapias van orientadas a tratar en primer lugar la "enfermedad de base", que es alguna de las descritas, principalmente en base a antidepresivos y antisicóticos. A posteriori, algunos de ellos pueden ser sometidos a otro tipo de  terapias suplementarias, a saber:

-terapias interpersonales (TIP) basadas en el análisis de los factores sociales que desencadenan psicopatologías.
-psicoterapias cognitivo conductual (TCC), orientadas a intentar cambiar cómo se piensa (cognitivo) y cómo se actúa (conductual) para ayudar a sentirse mejor.
-terapias electroconvulsivas (TEC), que envían pequeñas corrientes al cerebro produciendo una breve convulsión. En el caso de los enfermos tratados por Sánchez Pérez esta técnica ha alcanzado un porcentaje de éxito del 80%.
Esta enfermedad es cruel hasta en un último aspecto, hay pacientes que consiguen superarla.....pero tiempo después sufren un nuevo brote, una recaída, con todo lo que ello conlleva no sólo para ellos sino para su entorno familiar.




2 comentarios:

  1. No veo referencia a la religión. Evidentemente esta es una enfermedad que solo pueden sufrir los creyentes en una vida tras la muerte. Si no crees en eso, no puedes creer que estás muerto.
    Deberían haber incluído en el estudio la religión que profesaban los pacientes.
    Y como cura yo recomendaría la verdad: vais a morir y cuando eso ocurra vuestros átomos se dispersarán por el planeta, incluso fuera de él, y no quedará nada más porque la inteligencia solo está soportada por los órganos físicos. No hay alma y no hay nada más. Cuando murais todo se acabó. Así que ¡venga!, a disfrutar dse la vida que no hay más que UNA.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. esta enfermedad la sufren personas que creen en la muerte en sentido físico o médico de la palabra, se crea que existe algo más allá o no. En cuanto a disfrutar de la vida o no Javier, que cada cual según mejor o peor entender haga con su cuerpo y su vida lo que estime oportuno siempre y cuando no lesione los derechos de los demás. Un saludo.

      Eliminar

Nos encantaría que dejases tu comentario..muchísimas gracias por visitarnos..