jueves, 10 de mayo de 2018

Manzanilla de la muerte: el árbol más peligroso del mundo.


Su nombre científico es "Hippomane mancinella" y proviene del griego  “hippo” que significa caballo y “mane” que significa manía o locura. Fue precisamente el filósofo griego Teofrastro quién dio este nombre a una planta  en aquel país al comprobar que los caballos se volvían locos después de comérsela.  Pertenece a la familia de las euforbiáceas, típicas  en regiones del Caribe, Bahamas, Golfo de México, algunas zonas norteñas de América del Sur e incluso el estado de  Florida. Puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura si crece de forma recta, pero el crecer en zonas costeras hace que en la mayor parte de los casos se desplome durante su crecimiento y sus ramas lleguen a ras de suelo.
Su nombre más común es “manzanilla de la muerte” y aparece registrada en el Libro Guiness de los récords como el árbol más peligroso del mundo.  Todas sus partes son muy venenosas y la ingesta de cualquiera de ellas puede resultar letal para nuestra salud.  Crece en zonas que para nosotros pasan por ser perfectamente paisajes idílicos, como las clásicas playas de arena blanca del Caribe. Sus raíces se entierran en la arena y por su cercanía al mar  a veces sus troncos se ven afectados por las olas



Mapa de distribución

Vamos a describirte a continuación cuáles son sus principales efectos nocivos:

-Su savia lechosa contiene forbol, que es un potente irritante, sólo con un leve roce nuestra piel puede verse seriamente afectada. Por ese mismo motivo, refugiarse bajo sus ramas en caso de lluvia no es la mejor idea, la savia diluida por la lluvia tropical puede causarnos una erupción cutánea bastante seria.

-Quemar el árbol no es aconsejable, el humo que se genera puede causarnos serios problemas respiratorios e incluso ceguera temporal.
-los efectos más nocivos los produce su fruta, similar a una pequeña manzana, si nos la comemos nos puede causar vómitos y una diarrea severa que puede incluso causar la muerte de quién la ha ingerido.

Tal y como describió en el Bristish Medical Journal la radióloga británica Nicola Stricklan, en el año 1.999 fue a pasar sus vacaciones a la isla caribeña de Tobago con una amiga. En una de las playas se encontraron con varios frutos que habían caído del árbol y como describió “mordí la fruta y me supo agradablemente dulce. Mi amiga también lo hizo y momentos más tarde notamos un extraño sabor picante en la boca, que se acabó convirtiendo en una sensación de ardor grande y una opresión en la garganta”. Prosiguió con su relato afirmando que “los síntomas empeoraron durante las dos horas siguientes, en las que, a duras penas, pudimos tragar alimentos sólidos, el dolor era insoportable y teníamos la sensación de tener un nudo en la garganta”. Afortunadamente para ella, la experiencia de Stricklan les llevó a consumir piñas coladas y leche, lo que trajo como efecto que unas 8 horas más tarde la sintomatología empezó a mejorar, si bien sus ganglios linfáticos cervicales se volvieron muy sensibles.



Conocidos sus importantes efectos negativos sobre nuestra salud, la pregunta es, ¿tiene alguna utilidad para el ser humano?.  En contra de lo que pudiera parecer sí, tal y como recoge el Instituto de Ciencias de la Agricultura y Alimentos de Florida:


-Su madera se ha utilizado para elaborar muebles desde la época colonial.
-Los efectos nocivos de su savia se neutralizan secándola al sol, pese a lo cual es aconsejable ser sumamente cuidadosos en su manipulación.
-aunque nos resulte curioso, hay constancia de  algunos casos en Jamaica en que  la goma de su corteza ha sido utilizada para tratar enfermedades venéreas e hidropesía, y las frutas secas como diuréticos.
Actualmente podemos afirmar que en algunos lugares, como es el caso de Florida, este peculiar  árbol está en peligro de extinción..
Como curiosidad, hay una especie que no tiene problema alguno con el mismo, y son las iguanas, animal al que se ha visto moverse sin problema por sus ramas e incluso alimentarse de su fruto (como siempre la naturaleza no deja de sorprendernos).
Para finalizar, te dejamos algunas reseñas históricas sobre la “manzanilla de la muerte”:
“los indígenas usaban el árbol como castigo, amarrando a la persona castigada a su tronco y dejándola atada para que cuando lloviera sufriese”.
“la causa de la muerte de Juan Ponce de León, español y primer gobernador de Puerto Rico, fue a consecuencia de un flechazo en plena batalla cuando trataba de conquistar la Florida en 1521” ¿adivinas qué ungüento contenía la flecha?.
John Esquemeling, autor de “Los bucaneros de América” (1678), uno de los principales libros de consulta sobre la piratería en el siglo XVII, escribió que en uno de sus viajes a La Española (Haití/República Dominicana) vivió también su peculiar experiencia  “un día, cuando estaba extremadamente atormentado por los mosquitos y jejenes, y aún ignorante sobre la naturaleza de este árbol, corté una rama para que me sirviera de abanico, pero mi cara se hinchó y se llenó de ampollas, como si me hubiera quemado, hasta tal punto que estuve ciego por tres días”.






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