jueves, 7 de febrero de 2019

La Papisa Juana y la figura del Palpati ¿realidad o leyenda de la Iglesia Católica?.



Tradicionalmente y desde Pedro, el primero oficialmente reconocido, los Papas han sido siempre hombres excluyéndose expresamente para este puesto de vital transcendencia la figura femenina.  La historia del Palpati va ineludiblemente unida a la de otra figura no reconocida en la historia oficial de la Iglesia Católica,  la de Juana,  la mujer que llegó a ser Papa y cuyo sexo pasó inadvertido hasta que embarazada acabó dando a luz en una procesión pública.
Nacida en Alemania en el año 822 e hija de un monje misionero, sintió gran pasión por la religión y para poder acceder a una amplia educación e ingresar en un monasterio ocultó su identidad y se hizo pasar por hombre adoptando el nombre de Johannes Anglicus (Juan el inglés). Muy inteligente, pronto se hizo conocer entre la Curia, llegando incluso a ser presentada al Papa León IV, quien,  valorando su elevada capacidad, decidió nombrarla su secretaria y encargada de asuntos internacionales. Fallecido éste, fue elegida como su sucesora en una época en la que eran la Curia y el pueblo (no los cardenales) quienes elegían al nuevo Pontífice. Juana mantuvo activa su sexualidad, algo habitual en los Papas de aquella época, y tuvo una relación con el embajador de Sajonia en el Vaticano de quien se quedó embarazada, hecho que pudo disimular gracias a la  amplitud de las ropas papales.  Al no conocer de forma exacta la fecha de su parto, y mientras participaba en una procesión, dio a luz en plena Vía Sacra, una calle que se encuentra entre el Palacio Laterano y la Plaza de San Pedro descubriéndose en ese momento el engaño. Esta calle sería actualmente de paso prohibido para los Papas ya que recuerda el hecho "vergonzante" vivido por la Iglesia. Hay varias teorías sobre su final, que van desde su muerte inmediata al ser lapidada por su "ofensa" hasta que se retiró a un monasterio para criar a su hijo, que llegó a ser obispo.


Juana con la Tiara papal, estatua que aún se conserva en Roma
Para evitar engaños y desmanes de tal índole, el Vaticano instauró la figura del Palpati, por supuesto varón, cuya misión no era otra que la de palpar los testículos del recién nombrado Papa para atestiguar y dar fé de la masculinidad del mismo y alejar la sombra de cualquier nuevo engaño. Una vez hecha la comprobación pertinente, el protocolo estableció el pronunciar la siguiente frase “ ¡Duos habet et bene pendentes!, cuya traducción sería algo así como “Tiene dos y cuelgan bien”, a lo que los cardenales respondían con la ya también tradicional ¡Deo Gratias! (¡Gracias a Dios!).
Sin embargo, la Historia oficial del Vaticano, como ya hemos comentado,  no reconoce la existencia de la Papisa Juana, y por ende califica de leyenda la existencia del Palpati. Curiosamente y en contra de  esa afirmación, en el Museo Vaticano se expone la sedia stercoriana, cuya traducción sería "silla para defecar", utilizada a tal efecto.


Sedia Stercoriana expuesta en el Museo Vaticano

En teoría, la ceremonia de “comprobación” de los atributos viriles del nuevo Santo Pontícipe  fue suprimida por Adriano VI (1522-1523) que resultó elegido como el 218 Papa, por lo que nada menos que 114 Papas y sus atributos habrían sido “manoseados” por esta curiosa figura. Para mayor controversia, se conservan las ilustraciones de Lawrence Banka relativas a la prueba de masculinidad de  Inocencio X en el año 1644. En la serie de TV los Borgia, que narra la historia de cómo esta familia logró dominar el Vaticano en una época de plena corrupción,se puede ver la escena en la que Rodrigo de Borja, ya como Alejandro VI (1492) tuvo que pasar por el protocolo de una silla de madera con un agujero en el centro donde el Palpati puso a prueba su masculinidad antes de sentarse en la silla de Pedro. También resulta curioso otro hecho, si no existió la Papisa, ¿por qué en Roma se conserva una escultura dedicada a ella?.
¿Realidad? ¿ficción?. Oficialmente estaríamos en este segundo supuesto, pero teniendo en cuenta la opacidad de la Iglesia Católica para algunos temas no sería de extrañar que realmente esta historia resultase cierta, ya que hay referencias históricas a su figura, aunque seguramente las evidencias definitivas se encuentran bien custodiadas  en el Archivo Vaticano. 


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